Aquí sabemos de política

Quizá te fijaste que, en la imagen intervenida de la propuesta del artículo anterior, la autopista del este desapareció. Cuando mostré la imagen por primera vez a algunos vecinos de Valencia, fue lo primero que notaron. Nadie se impresionó por el aumento de la densidad de los bordes del parque, ni por la extensión del parque hacia el este de la zona. Toda la atención se la llevó la desaparición de la autopista. Al parecer, está muy arraigado en el imaginario de los vecinos de Valencia, que la mejora de la movilidad está directamente relacionada a la cantidad de viabilidad que dispone la ciudad. Se tiene la creencia de que las autopistas son un símbolo de desarrollo de las ciudades. Quizás de ahí el culto a los políticos que desarrollaron este tipo de infraestructuras. Pero, en la práctica urbanística, nada está más alejado de la realidad que esa afirmación de la relación entre movilidad y vialidad.

Foto intervenida con propuesta. Fuente: Elaboración propia.

La movilidad es un atributo urbano que se refiere a los viajes que se realizan dentro de la ciudad. La movilidad no se mide en función de cuántas calles, avenidas y autopistas tiene una ciudad. El índice de movilidad urbana mide la oferta y calidad de las opciones de transporte que tienen los ciudadanos para realizar los viajes en la ciudad. Por supuesto que la vialidad ayuda a la conectividad de la ciudad, pero, en algunas ocasiones, si la vialidad no es adecuada para el contexto en el cual está circunscrita, esta más bien se convierte en un factor de desconexión y división; tal es el caso de la autopista del este.

La ciudad se encuentra divida entre el norte y el sur; y no es casualidad que las parroquias más pobres estén de un lado de la autopista y las más ricas del otro. La autopista que atraviesa Valencia es una vía que ha colaborado en buena medida a la fragmentación de la ciudad. Es por ello que la propuesta que se vio anteriormente prescinde de la autopista y se afianza en la mejora del sistema de transporte público masivo propuesto en el artículo 2 de esta serie (https://t.co/zfqiSvyVms)

Plano que muestra como la autopista divida la ciudad. Fuente: Elaboración propia.

Ahora bien, es necesario que todo el tránsito que, en este momento, utiliza la autopista sea re-dirigido hacia otras vías que puedan suplir la demanda. No podemos simplemente eliminar la autopista y esperar que todo se resuelva. Para responder a lo anterior, hay dos propuestas que, juntas, hacen viable sacar a la autopista de la ciudad y fortalecer la movilidad urbana, tanto en el sur como en el norte de la ciudad.

Lo primero es la modificación de la autopista circunvalación del sur. La transformación que se propone es la de la eliminación del carácter de auto-pista de la vía, dándole un diseño de Avenida, lo cual cambiaría radicalmente el comportamiento en la vía. De esta forma, sería necesario incorporar reduc-tores de velocidad, disminuir el ancho de los canales de circulación, incorpo-rar aceras peatonales, y desmontar los distribuidores para dar paso a inter-secciones con semáforos.

Lo anterior permitiría hacer a esa vía más permeable para los peatones y el transporte público, conectando más el sur de la ciudad con el resto, y, aunque el tránsito vehicular se vería un poco afectado, lo cierto es que la movilidad en general mejoraría, puesto que el transporte público de la ciudad podría incor-porar una ruta en la nueva avenida, disminuyendo el número de vehículos particulares que tendrían que circular por ella.

Sección existente y propuesta de la Autopista del sur. Fuente: Elaboración propia.

En segundo lugar, una modificación a la autopista del este, que se encuentra al norte de la ciudad, y es la que desapareció en la imagen intervenida del Parque Fernando Peñalver. El tratamiento que se propone en este caso es distinto. Si bien la autopista en este caso no está generando un problema de conectividad entre las partes que divide, sí genera un problema de accesibilidad al Parque Fernando Peñalver, para la zona que se encuentra al este de la autopista. Si dejásemos este tramo de la autopista intacto, no habría conexión real entre el Parque Fernando Peñalver y la ampliación que se ve en la imagen intervenida del artículo anterior, por tanto, se hace necesario realizar una modificación específicamente a este tramo de la autopista del este.

Toma aérea del tramo a intervenir de la autopista del este. Fuente: Elaboración propia con imágenes del Google Earth.

Al ser un tramo de solo 3 kilómetros aproximadamente lo que hay que modificar, no se sugiere en este caso transformar la jerarquía de la vía completa de autopista a avenida. En este caso, se recomendaría un proyecto que consista en soterrar el tramo de la autopista que interfiere con los parques Fernando Peñalver y Humboldt, logrando, de esta manera, mejorar la conectividad en la superficie, sin sacrificar el carácter expreso de la vía.

Si bien el costo de un proyecto de estas magnitudes es alto, el financiamiento del mismo podría provenir de la recaudación de las contribuciones por mejora que tendrán que hacer los propietarios de las parcelas aledañas a la zona, que verán un beneficio en el valor de sus propiedades, no solo por el proyecto de soterrar la autopista, sino también por todo el proyecto de ampliación del parque y densificación de bordes propuesto anteriormente.

Con estas dos intervenciones puntuales, la conectividad norte-sur de la ciudad y la accesibilidad a los parques metropolitanos mejoraría de forma impresionante. Sobre todo, con la finalización de las estaciones en obra del metro y la integración del sistema de Transporte Masivo Rápido en Buses.

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