Aquí sabemos de política

¿Cuáles son los retos a los que se enfrentará la Venezuela postchavista? Conversé con Paola Bautista de Alemán y John Magdaleno en un foro sobre este tema. A continuación, una reseña de la discusión.

En Venezuela, el conflicto político es tan dramático y acuciante que pareciera demandar toda nuestra atención a atender el presente y no nos deja energías para pensar en el futuro. Generar un espacio donde podamos sentarnos a reflexionar sobre nuestro porvenir fue el objetivo del foro “Repensando la democracia en Venezuela”, organizado por Politiks.

En este, compartí con la Dra. Paola Bautista de Alemán y el profesor John Magdaleno, dos reconocidos académicos que han dedicado cientos de horas de estudio al proceso de nuestro proceso de redemocratización. Cuando ellos hablan sobre la reconstrucción de Venezuela, el país escucha.

A continuación, extraigo los aportes más resaltantes de la apasionante discusión que se extendió por más de dos horas y media.

Comprender las fuentes de poder para repensar la democracia

El objetivo de mi ponencia fue muy sencillo: comparar los aciertos y errores de la República Civil (1959-1998) y el chavismo (1999-actualidad) para extraer lecciones útiles a nuestro futuro.

Para ello, atendí a la lúcida observación del profesor Oscar Valles sobre las fuentes de poder en Venezuela. Según Valles, Venezuela ha tenido históricamente cuatro fuentes del poder: i) el ejército, ii) el liderazgo carismático, iii) la renta petrolera y iv) los partidos políticos.

Rómulo B, Presidente de Venezuela (1959-1964)

En el caso de la República Civil (1959-1998), por primera vez en nuestra historia republicana, este “sistema populista de conciliación de élites” partió de la subordinación del poder militar al poder civil y se apalancó en los partidos políticos como instrumento para distribuir la renta petrolera.

Esta repartición tenía dos objetivos muy claros: aumentar el consenso sobre la democracia y disminuir el conflicto. Esto funcionó muy bien por, al menos, dos décadas y media. La primera gran campanada del sistema llegó con el viernes negro en 1983.

Debate Presidencial entre Rafael Caldera y Jaime Lusinchi (1983)

En adelante, el liderazgo se negó a reformar el sistema. En cambio, optó por mecanismos de suma cero que incluyeron la destitución de un presidente en ejercicio, lo que contribuyó a una crisis de representación del liderazgo, que, en última instancia,  permitió el ascenso de un outsider del estamento militar en la figura de Hugo Chávez. El resultado es historia conocida.

Ya en el poder, un líder carismático como Chávez cambió la relación entre la sociedad y las Fuerzas Armadas, un hito determinante que amenazaba con hacernos volver a nuestro pasado militarista. Luego de años de resistencia cívica de la sociedad, Chávez entendió la lección más importante de su gobierno: el reparto de la renta petrolera en forma de programas sociales tenía un impacto directo en su popularidad y esto podía capitalizarlo en elecciones cada vez menos competitivas.

Hugo Chávez en una concentración (2004)

Finalmente, para atender la cuarta fuente histórica de poder, creó el Partido Socialista Unido de Venezuela.

En el caso de Maduro, de entrada carece de dos fuentes de poder: no tiene carisma y se enfrentó a una caída de los precios del petróleo. En este punto, su régimen ha sido sostenido por dos pilares: el Estado-PSUV y las Fuerzas Armadas.

Nicolás Maduro (2013)

La consecuencia para el país es conocida: Emergencia Humanitaria Compleja, hiperinflación, contracción económica, crisis migratoria y un país sometido a un régimen que viola sistemáticamente sus Derecho Humanos y que comete crímenes de lesa humanidad contra su población.

El aspecto humano

De los tres panelistas del foto, la Dra. Bautista es la única que es, a su vez, política y académica. En tanto, sus aportes provienen del “fruto del trabajo intelectual, pero también del ejercicio de la vida política”. “Conciliar ambas experiencias” fue el objetivo central de su ponencia.

Para la autora, repensar la democracia en Venezuela pasa por atender tres variables: la historia, la cultura y la situación actual del país.

En primera instancia, propone estudiar la historia para observar con realismo y justicia el presente, identificar inclinaciones, tendencias y obstáculos, y ponderar la importancia de salir de la orfandad.

Paola Bautista

“Conocer la historia nos ayuda a salir de la orfandad”, sostiene.

Sobre el aspecto cultural, es clara al respecto: “Conocer la cultura nos ofrece realismo. Conocer nuestra cultura nos ofrece prudencia. Conocer nuestra cultura nos da sentido de responsabilidad frente al momento presente”.

En este punto, reflexiona sobre el liderazgo político. Admite que si bien abundan las miserias y mezquindades entre estos, anima a la reflexión en el seno de la sociedad. “Los liderazgos no vienen de Marte. Ese es el liderazgo que engendra la sociedad, la sociedad se ve representado en ese liderazgo”, argumenta.

Pero rescata el optimismo. “No debemos asombrarnos de más con las miserias, estamos llamados a ser mejores”, afirma.

Posteriormente, aborda la situación actual. Sostiene que el chavismo como sistema posee cinco características fundamentales:

a. Estado gansteril. Degradación del Estado y redes criminales, estructuras solo antes vistas en Estados de África.

b. Régimen militarista, pero no militar. No es una dictadura militar tradicional.

c. Resiliencia. Aprende de cada coyuntura crítica para adaptarse.

d. Dimensión ideológica de izquierda.

e. Dimensión internacional aliada a autoritarismos y totalitarismos en el mundo.

De estas características, sostiene Bautista de Alemán, se desprenden tres grandes desafíos para nuestra redemocratización, ateniendo los niveles de daño causados por la revolución:

a. El desafío existencial. Este parte del daño antropológico causado a nuestro país, entendido este como el “debilitamiento de lo esencial de la persona humana”.

b. El desafío institucional.

c. El desafío cultural. Este lleva a lo que Samuel Huntington denominó “la pérdida de las condiciones pre democráticas”.

Eso sí, la dimensión de nuestro reto no hace que la Dra. Bautista pierda el Norte. “El principal desafío para reconstruir la cultura democrática es fundamentalmente humano”, admite.

Por ello, cierra su ponencia citando a Premio Nobel de Literatura Aleksandr Solzhenitsyn. “El lugar donde se debate el bien y el mal no es ni el Estado, ni el partido, ni el espacio público, sino en el corazón de cada persona que padece esa dictadura y que lucha por ser mejor cada día”.

Lo que, indudablemente, me hace recordar a Rafael Cadenas: “Solo en un sitio puede ser derrotada una sociedad: en el pecho de cada hombre”.

Lecciones para el futuro

El profesor John Magdaleno, asiduo estudioso de los casos exitosos de transición a la democracia usando el método comparativo, coincide en que de la comparación de la democracia pactada (1959-1998) y el chavismo (1999-2021) se desprenden las lecciones más importantes para nuestra reconstrucción y redemocratización.

¿Qué tipo de país queremos construir en el postchavismo? ¿A qué retos nos enfrentaremos? ¿Qué lecciones podemos aprender la experiencia histórica? Aquí los aspectos más importantes señalados por Magdaleno:

1. Repensar la relación Estado-sociedad. Se debe emprender un esfuerzo por fortalecer el Estado y a la sociedad simultáneamente.

2. Repensar la relación Estado-Mercado. La crisis económica ha obligado a los venezolanos a repensar la generación de riquezas fuera de la órbita del Estado. Esta experiencia será fundamental para construir un país sobre la base del respeto a la propiedad privada, la libertad, el emprendimiento, la creatividad y la iniciativa individual.

3. Repensar el rol del Estado. Pasar de un Estado Asistencialista a un Estado promotor de capacidades. Este debe entender la libertad como capacidad, siguiendo la tesis de Amartya Sen. La sociedad debe internalizar que mientras más capacidades, más libre es. Esto, sin embargo, no implica renunciar a su rol de árbitro.

4. Asegurar la subordinación del poder militar al poder civil. Esta fue la ruptura más importante del sistema democrático en Venezuela durante 40 años. Por primera vez, los civiles estaban al mando. La redemocratización de la Venezuela postchavismo pasa por atender esta variable.

5. Volver explícito un nuevo consenso social. Se necesita un nuevo Pacto Social, más profundo y de mayor alcance que el Pacto de Puntofijo. Pero, a vez, se necesita hacer explícito este acuerdo. Por ejemplo, por medio de un referéndum que lo valide. Hay que incorporar a la gente. Ya no es posible pensar construir las bases de la reconstrucción venezolana solo entre pactos interélites.

6. Superar la mentalidad del “sistema populista de conciliación de elites”. No es suficiente la utilización de mecanismos utilitarios para generar respaldos alrededor de las reglas del juego democrático. De hacerlo, se corre el riesgo de que actores privilegiados dentro del propio sistema ataquen el mismo como sucedió en la década de los 90 con la República Civil.

7. Fortalecer a los partidos políticos, pero estos deben democratizarse internamente.Es una paradoja que partidos que luchan por la democracia no tienen mecanismos de democratización interna. Esta es una deuda del siglo XX, que no puede seguir repitiéndose en el siglo XXI.

8. Promover mecanismos de participación ciudadana. No se puede volver a la partidocracia. Se necesita una relación madura entre partidos y sociedad civil.

9. Diseñar dispositivos institucionales para forzar el cambio y exigirle responsabilidad política a las autoridades. Por ejemplo, una sola reelección, mociones de censura, referendos consultivos, entre otros.

10.  Volver explícitas las recompensas institucionales para los actores leales al sistema democrático y los castigos para los actores desleales. No podemos volver a una situación como la acontecida con los Golpes de Estado 1992. Hugo Chávez y sus compañeros golpistas debieron ser inhabilitados políticamente. Las instituciones están para eso.

11. Repensar la estrategia de desarrollo en virtud de os desafíos del contexto. Cuarta revolución industrial, emergencia de energías renovables, ventajas competitivas del país, etc.

12.  La conflictividad.Esto es un hecho: en el futuro, tendremos menos recursos provenientes de la renta petrolera. El resultado: el liderazgo tendrá que lidiar, al menos en el plazo inmediato, con mayor conflictividad.

13. Manejar la amenaza de la creciente polarización entre los partidos y su impacto en la estabilidad del sistema.

Hacia un país de instituciones

En una conversación con el expresidente Ramón J. Velázquez, el Dr. Enrique Aristeguieta Gramko le pregunta: ¿Qué va a pasar en Venezuela?

Acto seguido, el presidente Velázquez dijo: “Yo no le puedo responder eso. Porque Venezuela no es un país de instituciones, Venezuela es un país de acontecimientos”.

Para mi generación, el reto que tenemos por delante es claro, certero y bastante complejo. Se trata de hacer de Venezuela un país de instituciones. Un país donde los hombres y las mujeres pasen, pero las instituciones prevalezcan. Un país donde las mayorías, los colores y los programas sean circunstanciales, pero las reglas del juego sean inmutables.

Gabinete de Ramón J Velásquez. Archivo Fotografía Urbana

¿Por qué fracasan las naciones? Acemoglou y Robinson comprobaron que era por sus instituciones. Si logramos convertir a Venezuela en un país de instituciones, seremos un caso de estudio de por qué triunfan las naciones.

De hacerlo, tendremos una oportunidad para insertarnos en el futuro. De fallar, siempre estará sobre nosotros la figura de ese gendarme necesario que espera tras bastidores el fracaso de los demócratas para capitalizar el miedo y la frustración, e instaurar el reino del orden y la mano dura.

No podemos fallar.

Biografía de los autores

John Magdaleno. Politólogo egresado de la UCV. Magister en Ciencia Política por la USB. Especialista en Análisis de Datos en Ciencias Sociales por la UCV.  Fue profesor de la Maestría en Ciencia Política y la Especialización en Opinión Pública y Comunicación Política de la USB. En la actualidad, dicta clases en el Programa Avanzado de Gerencia y el Programa de Liderazgo del IESA; en los Diplomados de la UCAB en "Análisis Político", "Transiciones Políticas" y "Justicia y Derechos Humanos en los Procesos de Transición a la Democracia", y; en la Especialización en Sistemas y Procesos Electorales de la UCV. Fundador, Propietario y Director de la Consultora POLITY.

Paola Bautista de Alemán es una política e intelectual venezolana. Periodista en la Universidad Católica Andrés Bello, con estudios de maestría en Ciencia Política en la Universidad Simón Bolívar y Doctorado (Cum Laude) en la Universidad de Rostock (Alemania). Presidenta del Instituto Forma, miembro de la Junta de Dirección Nacional de Primero Justicia y presidenta la Fundación Juan Germán Roscio. Autora del libro "A callar que llegó la revolución", editora del libro Autocracias del siglo XXI: caso Venezuela, directora de la revista Democratización y columnista de Diálogo político.

Su más reciente libro es "El Fin de las Democracias Pactadas: España, Venezuela y Chile", el cual será comentado en la actividad de hoy.

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