La UCV resiste
El elefante en la sala de la sociedad venezolana es la vocación totalitaria del chavismo. No estamos ante un gobierno incompetente o autoritario. Tampoco ante una corporación criminal. La característica distintiva de este movimiento que inició, cuando menos, en 1999 es diluir las líneas entre lo público y lo privado y ocupar todas las esferas de la sociedad venezolana. Esto incluye, por supuesto, a las universidades.
La imagen de Nicolás Maduro, en medio de la noche y rodeado de escoltas, sentado en un pupitre de la Universidad Central de Venezuela es la imagen de la ocupación. Fue la manera de clavar su bandera y mostrar que la principal casa de estudios del país, cuna de Vargas y depositaria del legado civil de Venezuela, es territorio ocupado.
El chavismo es el antónimo de la universidad. En esta se debate, en el PSUV se impone. Esta es plural, en el PSUV se procura la uniformidad. En esta se apela a la ciencia, en el chavismo se habla de ideologías muertas y utópicos anacronismos. Dado que se oponen a todos sus valores, nunca han ganado una elección en esta. De ahí viene, quizá, su ensañamiento especial contra la universidad.
Ahora bien, somos testigos de esta nueva arremetida, pero, la pregunta es: ¿Cómo podemos resistir? Para dar respuesta a esta interrogante, hablamos con los principales líderes estudiantiles de la UCV. Todos coincidieron en algo: se están organizando. Porque mientras el chavismo ataca, la UCV resiste.
La noche, un pupitre y un dictador
Indignación. Asco. Asombro. Decepción. Impotencia. Así describen los principales líderes estudiantiles del país lo que sintieron al ver la foto de Nicolás Maduro en un pupitre desde un salón de clases en la UCV.
Para Luis Palacios, presidente (a) de la FCU de la UCV, la visita de Maduro busca “desprestigiar la primera casa de estudios del país”. “Donde él se sentó probablemente había un estudiante que él en 2014 y 2017 asesinó”, agrega.
“Venir a la UCV de noche, en las sombras, es un acto no solamente de cinismo sino también de mucha cobardía”, comenta Yarani Acosta, Consejera Universitaria. Para ella, esta es una demostración de que Maduro “le tiene miedo a los estudiantes, le tiene miedo a la universidad que funcione, le tiene miedo al único espacio democrático que queda en el país”.
Una profecía cumplida. Eso representó para Meribel López, Consejera Universitario y estudiante de economía, la visita de Maduro. “El lobo va a venir, el lobo va a venir, el lobo va a venir, y te das cuenta de que el lobo está enfrente de ti”. Para ella, la imagen la ayudó a “terminar de creer el cuento de que llevan muchísimo tiempo detrás de la universidad”.
Jesús Mendoza, Consejero Universitario y estudiante de Odontología, tiene una visión distinta. Afirma que se siente decepcionado, “tanto del Movimiento Estudiantil como de las autoridades de la comunidad universitaria”. “Nos desarticulamos. Ellos [el chavismo] no hicieron una intervención como lo pudo haber hecho Caldera pasando tanquetas por el Arco Tamanaco, fue una intervención de gota en gota: de una crisis presupuestaria, de una suspensión de elecciones, de poco a poco meterte por la OPSU cada vez más personas pro al oficialismo”, explica.
Para Ricardo Millán, Consejero Universitario, la sensación es distinta. Para él, la visita representa la satisfacción de que “Nicolás Maduro no puede ir de día a la Universidad Central de Venezuela”.
José Romero, Secretario de Cultura de la FCU UCV, coincide en que la visita marca un contraste entre la dictadura y los estudiantes. “Yo voy por los pasillos acompañado de los estudiantes y de mi equipo. Puedo hablar con las autoridades y las dependencias, los trabajadores de la universidad. Me puedo conseguir en los pasillos a mis compañeros y poder darles la cara, incluso siendo representante estudiantil”, relata.
“Nicolás no puede hacer eso con la gente, con la comunidad universitaria de la UCV, como también con los ciudadanos del país que él, en teoría, gobierna y preside de manera evidentemente inconstitucional y usurpadora”, remata.
Del CNE a la UCV
En su ofensiva por tomar la UCV -y la universidad venezolana como institución-, el chavismo hizo dos movimientos: nombró a Jacqueline Farías como protectora de la UCV (curiosamente, semanas después de afirmar, en el marco de las elecciones regionales, que eliminarían la figura de los protectores) y designó a Tibisay Lucena como nueva Ministra de Educación Universitaria. ¿Qué significan estas designaciones? ¿Se vienen elecciones en la UCV?
Para Acosta, la designación de Lucena es “una burla”. “Claro que queremos elecciones, pero queremos elecciones bajo la Ley de Universidades”, agrega.
En cambio, López es prudente es su valoración. Para ella, la designación de Lucena puede ser “otra movida distinta a la que nosotros estamos viendo”.
“Si vienen o no vienen elecciones a la universidad, van a venir porque nosotros internamente estamos trabajando con los distintos gremios para que se dé el proceso interno”, afirma Luis Palacios.
Por otra parte, Mendoza enfatiza el tema de la voluntad. “Tenemos la sentencia del TSJ y no ha habido voluntad de la universidad tampoco de contarse”, explica. Por eso, plantea que detrás de la designación de Lucena “hay un trasfondo electoral para que se dé una renovación de la universidad, totalmente”.
Acerca de la designación de Farías, Ricardo Millán es enfático: “Ya la UCV tiene protectores: son sus estudiantes, sus profesores, sus egresados y sus trabajadores, que están todos los días en la universidad buscando formas de mantenerla con vida”.
Sobre los protectorados, Romero destaca que “ya una cosa típica del chavismo donde no hay o donde no están ellos gobernando, ellos colocan a un protector o una oficina paralela”. “Habría que ver si ese protectorado va a tener ahora los recursos que le competen a la universidad, pero lo primero es el total rechazo”, reflexiona.
La campaña
Hay quienes argumentan que esta “toma de la UCV” por parte del chavismo solo tiene fines electorales. No obstante, hay otros asuntos de la campaña que llaman la atención. Por ejemplo, que importantes líderes estudiantiles, de la UCV y del país, se están postulando como candidatos a las próximas elecciones regionales. ¿Podrán conciliar la campaña para las regionales con la defensa de la universidad? Se lo preguntamos.
“Yo soy candidato por el Municipio Plaza, parroquia Guarenas, y estoy aquí y he estado aquí las veces que sean necesarias”, dijo Luis Palacios. “Quienes asumimos la responsabilidad de ser representantes estudiantiles no la podemos obviar por otras responsabilidades que deseamos asumir”, agregó.
"Claro que queremos elecciones, pero queremos elecciones bajo la Ley de Universidades"
-Yaraní Acosta
Para Yaraní Acosta, aunque no comulga con la idea de las elecciones, no hay relación entre las regionales y esta nueva ofensiva del chavismo. “Yo creo que el chavismo siempre ha intentado amedrentar la universidad, independientemente de que hayan o no unas elecciones”, afirma.
Por otra parte, José Romero destaca que las intenciones de dicha comisión son más que claras: Buscan “poder ver cómo se ganan a la UCV, decir que ellos la recuperaron, y eso tiene un fin electoral”. No obstante, agrega que “más allá de esta consecuencia de la desmovilización, pero estoy tranquilo porque la verdad es que hemos tenido actividades, hemos tenido reuniones, hemos tenido activismo dentro de la UCV”.
Meribel López tiene una visión más crítica al respecto. Asegura estar “preocupada” de que sus “compañeros dentro de la representación estudiantil estén dentro de una dinámica electoral que trasciende la universidad”. “Me gustaría que tuviesen en cuenta que antes, quizás, de sus responsabilidades dentro de su dinámica electoral está la universidad”, enfatiza.
Jesús Mendoza también es crítico. “Hay unos líderes que están en campaña pero hay unos líderes estudiantiles que están desaparecidos”, afirma. Critica que hay dirigentes estudiantiles “los cuales los estudiantes lo eligieron y que no se están lanzando en algún cargo, pero no aparecen”.
Añade un ejemplo de lo contrario. “Mi amigo Luis Palacios aspira a una concejalía y está presente cada vez que puede y tiene la oportunidad de estar presente en la Federación como cabeza, porque prácticamente es el Presidente de la FCU, ante la ausencia del principal”.
Millán, por otro lado, es enfático: “Nosotros siempre vamos a estar de frente en la universidad. Incluso, aquellos de mis compañeros que se encuentran en campaña electoral han estado presente”. Dice que no hay excusas, que se pueden conciliar la campaña con la defensa de la universidad.
¿Qué harán los estudiantes?
Esta es la pregunta que se hace el país.
“Estamos trazando una ruta”, nos dice Yaraní Acosta. Esta ruta, para ella, contrasta con el accionar del chavismo. “Fuimos de día, sin taparnos las caras, fuimos a ser valientes como siempre hemos sido y fuimos a mostrar nuestra postura como nunca hemos tenido miedo de mostrarlo”.
Añade que, en los próximos días, el reto es unificar a la comunidad universitaria, porque “no solo la Universidad Central se ve afectada, se ven afectadas las universidades nacionales con esta nueva designación”.
“Estamos promoviendo que haya una toma de decisión y participación política de todos los sectores estudiantiles de la universidad” nos dice José Romero. Este afirma que dicha agenda va “para construir una política de cómo responder precisamente al tema del chavismo y, no solamente eso sino otros temas dentro de la universidad.”
Para Meribel López, lo importante no es tanto la forma sino “las ganas de defenderla [a la universidad] como sea en cualquier espacio que sea, con los métodos que sean y los mecanismos que sean necesarios”.
“La clave será el tema jurídico y lo referente a la autonomía universitaria”, espeta Luis Palacios.
“Vamos a estar en la universidad y en las calles”, afirma Ricardo Millán. “Cada vez que los Ministros o personas enviadas por Nicolás Maduro vayan a la universidad a intentar hacer actos políticos, vamos a protestar cada uno de esos actos políticos”, recalca.
Sin embargo, sobre la posibilidad de convocar grandes manifestaciones, Jesús Mendoza se muestra escéptico. “Los tiempos en el que el Movimiento Estudiantil convocaba protestas de mil personas, ya esos tiempos pasaron y es muy difícil revivir ese músculo y esa articulación del Movimiento Estudiantil”, afirma.
“Tenemos que ver de qué manera, siendo pocos, podemos soñar y podemos defender a la universidad venezolana”, señala a manera de reto.
Volver a clases, retomar los espacios
Hay un consenso entre todos los dirigentes: volver a clases es la mejor manera de resistir ante esta nueva arremetida chavista. Volver a clases “es la manera de resistir y hacerle frente a la dictadura que día a día se apropia de la universidad”, explica Luis Palacios. “Volver a clases para exigir y aglutinar a toda la fuerza necesaria como comunidad universitaria”.
"Nosotros siempre vamos a estar de frente en la universidad"
-Ricardo Millán
“Donde hay personas formándose, estamos haciéndole un acto de resistencia a la dictadura”, añade Ricardo Millán. “La única razón por la que la dictadura ha podido hacer todo lo que ha hecho en este periodo es porque los universitarios no estamos en nuestros campus”, afirma.
La modalidad de vuelta a clases se basa en un régimen semipresencial, con algunas materias en las aulas y otras online. Siempre siguiendo los protocolos de bioseguridad por la pandemia.
En ese aspecto, José Romero considera que la vuelta de los estudiantes a la Ciudad Universitaria es “importantísimo para poder recuperar músculo de fuerza para defender a la UCV, y eso es algo que incluso profesores y trabajadores están de acuerdo: si la UCV sigue vacía, si la UCV sigue sin clases, sin actividades, no estamos igual. No estamos tan tablas para responder.”
Sobre las posibilidades de volver a la universidad de forma presencial, Acosta pondera que “estamos en un contexto donde mientras no toda la población esté vacunada, mientras no todos tengamos una forma accesible de regresar a la universidad sin riesgo o contagio, sabemos que es complicado”.
Los responsables
Si se miran las redes sociales, parece haber un consenso: el principal responsable de la situación de la universidad venezolana es el chavismo. No obstante, cuando se le pregunta a los dirigentes estudiantiles, parecen estar lejos de este consenso y hacen referencia a responsabilidades compartidas.
Para Luis Palacios, por ejemplo, no hay duda: el gran responsable de la crisis de la universidad es la asfixia presupuestaria. Apela a los datos. “Desde el año 2009-2008, se ha hecho un déficit del presupuesto, para ese entonces del 46%. Hoy en día, en el año 2021, solamente se nos ha dado el 2,27% del presupuesto”, menciona.
Por otro lado, “la responsabilidad aquí no recae en una sola persona”, nos dice Yaraní Acosta. Para ella, “hay una desidia de las autoridades, que no han querido tampoco tener la voluntad de llevar a cabo procesos que permitan que la universidad sea viable para una semipresencialidad”.
Como “una serie de eventos desafortunados” califica Meribel López la situación de la UCV. En tanto, las responsabilidades van “desde la voluntad de aquellas autoridades o desde aquellas personas que tienen cierto cargo de representación”. “Yo no pudiese lanzar mi mano y señalar a alguien que es el culpable”, añade.
Al preguntarle quién es el responsable de esta crisis, Jesús Mendoza es vertical: “Todos”. Reconoce la responsabilidad esencial del chavismo, pero argumenta que se tiene “una falta de articulación, una falta de ganas, una falta de voluntad por parte de las autoridades universitarias” en resolver los problemas.
Para Ricardo Millán, por otra parte, no hay dudas: “El responsable principal de esta situación es la dictadura de Nicolás Maduro”.
“Cuando analizamos las causas de los problemas de la UCV y de las universidades venezolanas, se encuentran las políticas de un Estado que está secuestrado. Desde una Ley de Universidades que se han negado a reformar, a pesar de que se han presentado proyectos de ley, hasta las acciones coercitivas como la falta de presupuesto”, nos explica.
La Universidad Vs el totalitarismo
¿Es la universidad el último dique de contención que nos separa del totalitarismo chavista? Todos los dirigentes estudiantiles coinciden en que sí.
Apelan a lo que significa la universidad. Su historia, sus símbolos y sus valores. Contraponen esto al chavismo y ven allí un claro adversario de lucha.
Para Luis Palacios, la universidad es importante porque “nos permite tener un antes y un después de pensamiento, de resistencia, y entender en qué país estamos parados, en qué sistema estamos parados y cómo podemos hacer para que eso se revierta o siga avanzando”.
“La universidad es el último bastión”, agrega Yaraní Acosta en tono solemne. “Somos el último bastión de la democracia”, coincide Meribel López. “No solamente los que hacemos vida dentro de la universidad, sino en la sociedad venezolana en su plenitud, debemos estar conscientes de lo importante, trascendental, delicado y complicado que llegaría ser una intervención de la universidad”, añade López.
Ideologizar la educación. De acuerdo a Jesús Mendoza, esto es lo que busca el chavismo. “Nos han quitado las instituciones, los medios de comunicación y la universidad, que es el único espacio que queda de autonomía, de libertad y de democracia, la quieren tomar para poder hacer un control ideológico en la educación”, explica Jesús Mendoza.
Por su parte, Ricardo Millán tiene una perspectiva distinta: “Ya vivimos en un Estado totalitario. En una nueva forma de totalitarismo distinta a las vistas anteriormente. Un totalitarismo del siglo XXI”.
A su juicio, la universidad no es el último bastión, sino una parte de un colectivo de instituciones más amplio con características comunes sobre los que el chavismo ha puesto la mira. “La universidad no es el último dique de contención, es parte de ese dique de contención donde también están los gremios, los sectores sociales, las ONG. De todas esas organizaciones, la que más puede permanecer en el tiempo es la universidad”, argumenta.
“Por eso Pérez Jiménez nunca pudo con la universidad. Porque tan pronto la abrió la universidad se convirtió en un hervidero de lucha contra la opresión y la dictadura”, nos comenta el también estudiante de la escuela de historia.
“No solo somos el último dique, somos también la última esperanza de que las ideas de democracia, de un país mejor, de un futuro donde no vivamos en sombra”, finaliza.
Los gremios
Dentro de la Ciudad Universitaria de Caracas no solo hace vida el Movimiento Estudiantil, sino también aquellos olvidados por el chavismo: los trabajadores y obreros de la UCV.
La relación entre ambos sectores es casi inexistente, aunque siempre considerados como pieza fundamental para lograr ciertos objetivos reivindicativos.
¿Qué dicen los gremios? ¿Cómo se están organizando para evitar la toma de la UCV? Esto nos dijeron.
"Nosotros somos material de apoyo, y por supuesto, en el marco de estas luchas, es fundamental contar, no solo con la presencia sino también con el apoyo del Movimiento Estudiantil" detalla Eduardo Sánchez, presidente de SINATRA UCV.
"Somos el último bastión de la democracia"
-Meribel López
Eduardo coincide con los líderes de la UCV. Considera muy difícil la posibilidad de tener acciones contundentes de cara mejorar sus condiciones como docente y obreros.
"No es abrir la universidad por abrirla, por eso es necesario que los estudiantes conozcan cuál es la realidad que tenemos", destaca. Plantea que los problemas radican entre la pandemia, la asfixia presupuestaria y las malas condiciones salariales que no garantiza Nicolás Maduro. "Por eso necesitamos mancomunar la lucha entre todos los sectores: profesores, estudiantes, trabajadores. Esa es nuestra lucha”, puntualiza.
El compromiso de vencer la sombra
“Si ellos quieren venir por nuestras armas, nuestras armas están en la biblioteca”, dijo recientemente el rector de la Universidad de los Andes, Mario Bonucci, en referencia a la intervención del chavismo en la UCV.
Esta frase simboliza la asimetría de la lucha a la que se enfrenta la universidad venezolana. La comunidad universitaria solo cuenta con la civilidad de sus ideas y la rebeldía de sus estudiantes. Mientras, del otro lado, cuentan con todo el poder del Estado. Visitaron la UCV por la noche, violando todo principio de la autonomía universitaria, no porque estemos en época electoral, sino porque pueden. Es la imagen de la ocupación para desmontar los símbolos y desmoralizar un país.
La dictadura aún puede coronar su ocupación. Me imagino, por ejemplo, una cadena nacional de Nicolás Maduro desde el Aula Magna, hablando de cómo recuperó la universidad y venció “las sombras” (sic).
"Donde él [Maduro] se sentó probablemente había un estudiante que él en 2014 y 2017 asesinó"
-Luis Palacios
Sin importar donde estudiamos, la UCV es el Alma Mater de todos los venezolanos. Esta nueva afrenta contra la universidad debe dolernos, debe movernos a todos. El reto está claro: a la universidad le tocará, como dijo el profesor Guillermo Tell Aveledo, “de las cenizas, emerger”.
Pero no hay manera de que pueda emerger si no resistimos eficazmente la embestida de la revolución. Y esto no es solo una tarea que corresponde a los estudiantes, es una tarea de todos. Porque lo que está en juego no es la UCV como ciudad universitaria, sino la universidad venezolana como institución.
Ojalá estemos a la altura de este compromiso histórico.