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“¿Qué hacer?”, es el título del famoso ensayo político escrito por Vladimir Lenin a principios del siglo XX. A su vez, es también la pregunta que se hace la mayoría de la sociedad venezolana y el liderazgo político luego de los desastrosos resultados del evento electoral del pasado 21 de noviembre.

¿Cuál debe ser la estrategia? ¿Es la unidad condición suficiente para lograr el cambio? ¿Con quién se debe procurar la unidad y con quiénes no? ¿Es el revocatorio una salida viable a la crisis o, por el contrario, hay que ir pensando ya en las presidenciales de 2024?

Para responder a estas interrogantes, conversamos con Jorge Lazo, doctor en Ciencia Política (Universidad de Salamanca) y profesor de la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad de Ottawa. La entrevista fue editada por motivos de extensión.

¿Cuál es su lectura sobre los resultados del evento electoral del pasado domingo?

Los resultados del 21N son la consecuencia anticipable del uso acertado de herramientas que las instituciones democráticas brindan a un régimen autoritario como el de Nicolás Maduro para  sostenerse. Claramente su estrategia ha sido utilizar parte del repertorio de mecanismos del que dispone para infiltrar y dividir a la oposición, minimizando así la posibilidad de que esta elección represente una amenaza a su estabilidad o pueda alterar el balance de poder.

Por una parte, coopta financieramente sectores políticos venales, utiliza instrumentos jurídicos para crear un ecosistema artificial de partidos de oposición funcionales y estimula la ambición política de actores que privilegian una agenda electoral partidista o personal ante la incertidumbre que les produce un cambio político real en el país.

¿Cuáles son los grandes ganadores y perdedores del evento electoral del pasado domingo?

Si lo vemos desde el punto de vista de los objetivos y la estrategia, el régimen ha sabido explotar las contradicciones de la oposición para debilitarla en su unidad, liderazgo y credibilidad. No obstante, se trata de victorias parciales, particularmente en cuanto a legitimidad interna y externa. En lo fundamental, todo dependerá de la lectura que haga el país del proceso y las lecciones que de allí se saquen.

Me parece importante que la gente comprenda que la mayor parte de lo que ha pasado (incluyendo las divisiones electorales dentro de la oposición) refleja la estrategia del régimen. Las divisiones, por ejemplo, no son simplemente la expresión de falta de sentido común, egoísmo o exceso de ambición política.

"Su estrategia ha sido utilizar parte del repertorio de mecanismos del que dispone para infiltrar y dividir a la oposición"

El régimen trabaja sobre nuestras falencias y debilidades. Si esto último no forma parte del análisis que se haga, tendremos una comprensión muy limitada de lo que ha sucedido. Y corremos el riesgo de mantener la ineficacia y repetir acciones inocuas o contraproducentes.

¿Cómo queda el presidente Guaidó luego de este proceso? ¿Sale debilitado, fortalecido o igual?

Todo dependerá de la lectura que se termine imponiendo. Solo añadiría que en Venezuela los liderazgos deben ser más consecuentes con sus ideas y la gente, a su vez, más consecuente con líderes que mantienen sus principios, corren riesgos y tienen posiciones que los hechos terminan validando.

El chavismo se niega a aceptar el resultado en Barinas y ya ha apresado a alcaldes recién electos con la policía del Estado. ¿Se equivocó la oposición en participar en unos comicios en estas condiciones?

Frente a un régimen autoritario como el de Nicolás Maduro, votar o abstenerse no produce, en sí mismo, cambio político. Participar o abstenerse constituye una decisión táctica en función del contexto y de una estrategia cuyo objetivo sea fracturar la estructura de poder sobre la que reposa el régimen.

"Las divisiones, por ejemplo, no son simplemente la expresión de falta de sentido común, egoísmo o exceso de ambición política"

Esa estructura de poder no la representa solamente la cúpula del régimen, sino también las instituciones del Estado. Incluyendo el aparato de seguridad del Estado, que  se encuentra secuestrado. Los recursos que necesitamos están ahí, en el Estado.

No se trata de armarse, sino de quebrar la obediencia (la fuente principal de poder del régimen). Por lo demás, una transición democrática es la única vía real de reinstitucionalización de Venezuela y de su vuelta al estado de derecho.

Si la oposición no tenía un plan B ante un eventual fraude en el estado Barinas, ¿cómo se puede confiar que vaya a defender el resultado ante un eventual revocatorio en 2022 o unas presidenciales en 2024?

Me parece indispensable tener una comprensión fundamentada de cómo son los procesos de transición democrática y una visión estratégica de cuáles deben ser los objetivos y las formas reales de lucha contra un régimen autoritario como el de Nicolás Maduro. El de Hugo Chávez fue, en su momento, un autoritarismo competitivo. Entre otras razones porque contaba con muchos recursos políticos y fiscales que se lo permitían.

"Frente a un régimen autoritario como el de Nicolás Maduro, votar o abstenerse no produce, en sí mismo, cambio político"

Pero Maduro no dispone de esos recursos y ha tenido que mutar. Es un régimen mucho más represivo y ha dado muestras incuestionables de estar dispuesto a pagar costos muy altos (violaciones sistemáticas de los DDHH, crisis humanitaria y diáspora, destrucción de la infraestructura del país, etc.) para sostenerse.

La oposición no debe llamarse a engaños en esta materia. En ausencia de una disuasión creíble y suficiente, ningún arreglo formal para un cambio será posible. Un evento electoral, en tal sentido, solo es útil en la medida en que genera “eventos” que hagan posible escenarios de fractura interna. Esto es algo que el régimen tiene muy claro.

Henrique Capriles dijo que la oposición debería “revisar caso por caso” y no descartó unirse a factores como José Brito. ¿Qué opinas de esto? ¿La Plataforma Unitaria debe unirse con la Alianza Democrática?

Parece un acto de ingenuidad, aunque quizás solo sea una indiscreción (quizás considera esos sectores como instrumentales para su agenda). Desde mi punto de vista, muchas de las acciones y propuestas más recientes de Henrique Capriles son contrarias a la causa que él dice defender. Se ha ido convirtiendo en un político errático.

"No se trata de armarse, sino de quebrar la obediencia (la fuente principal de poder del régimen)"

Por lo demás, los acuerdos y alianzas que interesan a una oposición comprometida con el cambio no son con sectores que el régimen financia o infiltra en la oposición, sino con aquellos desafectos al interior de la coalición autoritaria o dentro del aparato de seguridad del Estado que comparten el deseo o ambicionan un cambio político en Venezuela.

¿Por qué el chavismo cedió las gobernaciones de Zulia, Cojedes y Nueva Esparta a dirigentes que parece que ya iban de salida? ¿Cuál es su estrategia?

Creo que en algunos de estos estados existen liderazgos regionales reales, pero hay que tener presente que el chavismo, en general, y Maduro, en particular, ha tratado siempre de favorecer cierto tipo de liderazgos en la oposición y bloquear otros por cálculo electoral y de poder.

¿El chavismo quiere posicionar a Manuel Rosales como líder de la oposición y candidato en 2024? ¿Es esta una nueva versión de la Operación Falcón, pero ahora con Rosales?

No sé si es el caso pero, como te decía en la pregunta anterior, parte de su estrategia es escoger el rival, controlar las condiciones y neutralizar amenazas. La oposición, por su parte, no debe jugar el juego como la dictadura lo plantea.

"Muchas de las acciones y propuestas más recientes de Henrique Capriles son contrarias a la causa que él dice defender"

Si entras a jugar en el sistema que te propone y no lo debilitas o destruyes lo vas a fortalecer. Su tarea es crear contradicciones al régimen, desestabilizarlo, producirle crisis.

¿Cuál es su valoración de la propuesta de María Corina Machado de hacer elecciones populares para elegir al nuevo liderazgo de la oposición?

Puede ser una idea interesante. Desconozco en qué términos ella plantea llevarla a cabo. Sí me parece fundamental que el liderazgo se decante. Creo que es necesario, en ese sentido, separar la paja del trigo.

Venezuela necesita un liderazgo que tenga compromiso y claridad sobre qué enfrentamos y cómo hacerlo. Pensar que hay salidas buenas y sencillas es un espejismo; y quienes lo promueven, una estafa. Sean políticos, expertos en opinión pública o intelectuales.

¿La oposición debe convocar a un Referéndum Revocatorio en 2022?

Creo que es lo que algunos líderes tienen en mente. Y el régimen naturalmente está en cuenta. Toda decisión de este tipo, como te comenté previamente, debe tomarse con sentido táctico.

Teniendo siempre en cuenta que el objetivo no es simplemente producir un resultado sino, sobre todo, una crisis. En Venezuela, el órgano electoral es parte de la estructura de poder del régimen. Por tanto, una elección, en principio, es una forma de reproducir el estado de dominación.

La administración Biden sacó a las FARC de su lista de organizaciones terroristas. Considerando los nexos de Maduro con las FARC, ¿cómo afectará esto el proceso político en Venezuela?

Los destinos de Colombia y Venezuela nunca han estado tan unidos desde tiempos de la Independencia. Colombia siempre estará amenazada por la existencia en Venezuela de un régimen como el de Nicolás Maduro.

"Venezuela necesita un liderazgo que tenga compromiso y claridad sobre qué enfrentamos y cómo hacerlo"

Desde el punto de vista geopolítico, los intereses de EE.UU. en la zona están igualmente afectados. Pienso que la decisión de la administración Biden es una medida orientada a facilitar la implementación de acuerdos y programas. Y, en lo fundamental, no altera el contexto bilateral ni nacional.

Anne Appelbaum dijo en The Atlantic que los malos están ganando. Leopoldo López dijo en el Freedom Forum que las democracias no se apoyaban igual entre sí como sí lo hacían las dictaduras. Si los malos están ganando, ¿qué debemos hacer los buenos? ¿Cómo nos organizamos para luchar por la libertad?

Lamentablemente los regímenes autoritarios son, muchas veces, más solidarios y resolutivos en sostenerse y  colaborar entre ellos que las democracias entre sí. Con frecuencia, las democracias están influenciadas por intereses (geopolíticos, económicos, etc.) que van más allá del compromiso por fomentar y proteger la libertad.

No obstante, el sostenido avance de los autoritarismos en el mundo constituye hoy una amenaza real para cualquier democracia, incluso aquellas  consideradas “consolidadas”. A los venezolanos nadie va a liberarlos, pero debemos tener presente que nuestra lucha es una causa global. Y desde el punto de vista regional, en América Latina, hay mucho trabajo por hacer.

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