Aquí sabemos de política

La desigualdad social es un fenómeno al cual, importantes académicos han dedicado sus obras. Los economistas Daron Acemoglu y James Robinson, en su libro “¿Por qué fracasan los países?”, describen los orígenes políticos e institucionales de la desigualdad social en la historia del mundo. Las instituciones políticas fundadas en la época colonial y pre industrial, son las que determinan el comportamiento de la desigualdad social entre las naciones.

Ahora bien, ¿qué ocurre con las ciudades? Si bien, entre países, es lógico que las instituciones políticas determinen la desigualdad, en las ciudades las instituciones políticas son las mismas para cada uno de los sectores de la ciudad. ¿Qué es entonces lo que hace que haya partes de la ciudad más pobres y con menos acceso a servicios básicos que otras?

Para describir este fenómeno de la ciudad, tomaré como caso de estudio, mi ciudad natal, Valencia, Venezuela. Sin embargo, el lector podría ajustar los términos conceptuales de esto a su ciudad, estoy seguro de que encontrará ciertas similitudes. Al final, el problema de la desigualdad social en las ciudades, es un fenómeno global. Valencia es una ciudad importante de Venezuela, tiene una población en su área metropolitana de algo más de 2 millones de habitantes.

Valencia, una ciudad partida en dos

Se suele decir que el norte de Valencia es una ciudad y el sur es otra. Ciertamente, existe una diferencia socioeconómica entre la Parroquia Miguel Peña y la Parroquia San José. También la hay entre los Municipios del norte, como Valencia, San Diego y Naguanagua, con sus pares del sur, Los Guayos y Libertador.

Al norte de la ciudad, uno puede encontrar grandes proyectos como la Universidad de Carabobo, la Universidad José Antonio Páez, la Universidad Arturo Michelena, la nueva sede de la Unitec, el Parque Fernando Peñalver, el Polideportivo Misael Delgado, la Villa Olímpica, el Complejo Deportivo Bicentenario de Naguanagua y pare usted de contar.En el sur de la ciudad a duras penas sobreviven los restos de la Plaza Monumental de Valencia, el Estadio José Bernardo Pérez y el Hipódromo.

Universidad José Antonio Páez, ubicada en el norte de la ciudad.

En cuanto a la calidad de los servicios, la historia no es distinta. Si bien, la Valencia del 2020 se resiente cada vez más en cuanto a la calidad del agua y el suministro eléctrico, lo cierto es que los cortes de luz son mucho más recurrentes en el sur, y aunque la calidad del agua es la misma en ambos sectores de la ciudad, la frecuencia con la que se recibe el suministro de agua en el sur es hasta tres veces menor a la del norte.

Es, cuando menos, curioso que la desigualdad social de Valencia se manifieste a través de una segregación tan marcada entre el norte y el sur de la ciudad. Antes de adentrarnos en esos detalles, algunos lectores podrían pensar que la desigualdad social no es un problema; al final, lo importante es que no haya pobreza.

No pretendo entrar en un debate sobre si esto es así o no, es realmente fútil, pues suelen ser debates ideológicos, donde nadie está dispuesto a mirar la perspectiva del otro. Lo cierto es que la desigualdad social genera problemas de convivencia, de cohesión y de gobernabilidad para las ciudades.

Universidad de Carabobo.

Las personas de la zona norte de la ciudad disfrutan de mejores calles, parques, alcantarillados, espacios, trabajos, vehículos y viviendas. ¿Por qué esto es así? ¿Qué tiene de especial el norte que no tiene el sur? Pareciera ser que sencillamente las instituciones encargadas de planificar y regular el crecimiento de la ciudad así lo han decidido. Lo cierto, es que, con sesgo de planificación en torno al vehículo particular y a la conectividad a través de autopistas, los valencianos partimos nuestra ciudad en dos.

Valencia y el problema de la desigualdad

Ahora, valdría la pena preguntarse entonces, por qué la desigualdad social de Valencia se manifiesta de esta forma tan localizada. Para responder a esa pregunta, es necesario adentrarnos en algunos conceptos del urbanismo que podrían explicar por qué dentro de la ciudad, surgen estas islas de desigualdad social.

Plano de Parroquias del Área Metropolitana de Valencia. Fuente: Elaboración propia con datos del Censo Nacional del 2011 Realizado por el INE.

En el urbanismo hay un concepto que se conoce como fragmentación urbana, que se refiere al proceso de división que se va consolidando en las ciudades, donde se generan diferentes fragmentos de la ciudad que adquieren características físicas, simbólicas y socioeconómicas distintas.

En Valencia, es bastante evidente como la ciudad se fragmentó en dos. El norte y el sur. La morfología, la arquitectura, la calidad de los servicios, la movilidad, la distribución de los usos del suelo, la densidad, y demás aspectos de la ciudad son totalmente distintos en el norte y el sur. Son, en términos prácticos, dos ciudades distintas.

Vale la pena preguntarse por qué la ciudad sufrió este proceso. ¿Qué es lo que hizo que los valencianos se dividieran en los del norte y los del sur? Pues, realmente, es un dilema que no tiene respuesta. Según Veiga “La fragmentación social y territorial no son una simple consecuencia de las desigualdades socioeconómicas, sino que son resultado de la diferenciación social en el espacio, y constituyen procesos que se retroalimentan”

Avenida Bolívar

Lo anterior deja un panorama desalentador, al considerar que el problema de la fragmentación urbana y la desigualdad social es un asunto cíclico. Sin embargo, creo firmemente en que debemos buscar una ciudad más cohesionada, justa, de buena convivencia. Es por eso que he decidido escribir sobre algunas ideas y reflexiones que creo podrían servir para que Valencia sea una mejor ciudad.

Como ya vimos anteriormente, la desigualdad social y la fragmentación urbana son dos conceptos fuertemente relacionados. Desde el urbanismo, resulta evidente que hay uno o varios elementos urbanos que están promoviendo la fragmentación urbana de la ciudad de Valencia y que, con las intervenciones adecuadas y los cambios necesarios, podrían ayudar a aliviar este problema y a igualar la ciudad, mejorando la convivencia, la seguridad y la dinámica urbana.

Entre esos elementos urbanos destacan a simple vista: La autopista que rompe el área metropolitana en dos mitades -el norte y el sur-, genera una barrera física que no permite un tránsito fluido, castigando fuertemente la movilidad peatonal y no motorizada y privilegiando sólo a aquellos que cuenten con vehículo particular; la obra no culminada del Metro de Valencia -que buscaba precisamente conectar el sur de la ciudad desde la Plaza de Toros, con el norte de la ciudad hasta la Universidad de Carabobo, un recorrido de 20 kilómetros que toma aproximadamente una hora y media en el transporte público actual- que ha entorpecido por completo el tránsito de la Avenida Bolívar generando la quiebra de muchas pequeñas y medianas empresas.

El abandono de los Parques Fernando Peñalver, Parque Humboldt y el Recreacional del Sur genera inseguridad y veta a los ciudadanos del disfrute de áreas verdes y desaprovecha el potencial recreativo del eje hidrográfico que genera el río Cabriales, así como sus bordes urbanos que colindan con la autopista del este, y con la Avenida Paseo Cabriales.

Plano de visualización de como la autopista rompe en la mitad pobre y la mitad rica a la ciudad de Valencia. Fuente: Elaboración propia

Conclusiones
Al final, lo que los valencianos necesitamos, es una Valencia unida, cohesionada, productiva, con servicios básicos garantizados para todos, espacios públicos de calidad tanto en el norte como en el sur. En fin, volver a ser una sola ciudad.

Soluciones urbanísticas para estos problemas existen, tanto físicas como programáticas. Algunas aproximaciones serían, transformar el proyecto del Metro de Valencia en un proyecto de Transporte Público Masivo basado en los sistemas B.R.T, como los de la ciudad de Curitiba en Brasil, que integran una red de canales exclusivos para autobuses, con unidades biarticuladas de 270 pasajeros y una ubicación estratégica de las paradas, para suplir la necesidad de un transporte masivo de bajo costo.

También el planteamiento de un tratamiento de Avenida a la Autopista del Este, para hacerla caminable y traspasable, y la reforma y restructuración de los sistemas de espacio público y los parques metropolitanos de la ciudad.

Valencia tiene muchos problemas, pero, sin duda, con un poco de voluntad política y una gestión que ponga de primero las necesidades de la ciudad podremos tener una ciudad renovada y cohesionada.

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