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Este 11 de septiembre se cumplen 20 años de los atentados terroristas ocurridos en el corazón de los Estados Unidos, los cuales cobraron la vida de 2996 ciudadanos. A raíz de estos hechos, la administración de George W. Bush le declaró la guerra al terrorismo y al Talibán en Afganistán por protegerlos.

20 años después, las tropas de la OTAN y Estados Unidos se retiraron del país y, el 15 de agosto de 2021, Kabul cayó en manos de los talibanes, anunciando su intención de proclamar el restablecimiento del Emirato Islámico de Afganistán.

Tras el colapso de la república, el Aeropuerto Internacional de Kabul, se convirtió en la única ruta fuera del país no controlada por los talibanes.

Nargis Nehan, ex-ministra de Minas, Petróleo e Industrias, logró escapar de Kabul luego de varios intentos en el aeropuerto. Ya a salvo, desde Oslo, conversó con nosotros por videollamada para contarnos su experiencia en estas semanas agitadas en Afganistán y para explicarnos la situación actual de su país.

Afganistán ha estado sufriendo algunas semanas bastante agitadas y creo que eso es quedarse corto. ¿Cómo viviste la toma de Kabul por los talibanes? ¿Dónde estabas? ¿Qué hiciste? ¿Qué sentiste en ese momento?

No estaba a cubierto cuando cayeron las provincias. Fue algo impactante para mí, pero de alguna manera pensaba que todavía nos quedaban unos meses para que lo hiciera Kabul.

Ese lunes, cuando llegaron los talibanes a la capital, en la mañana, mi chofer me estaba buscando para ir a la oficina cuando fue baleado de parte de unos desconocidos y fue llevado a emergencias. Sin embargo, yo fui a la oficina porque tenía reuniones importantes. Hicimos una división del trabajo y todos volvieron a su escritorio.

Allí recibí una llamada de mi hermano que me preguntó dónde estaba y me dijo que quizás sería mejor volver a la casa. Yo estaba como “no, tengo reuniones; no me puedo ir"  y ahí es que me dijo que los talibanes ya se encontraban en Kabul y que en cualquier momento podrían capturar toda la ciudad.

Llamé inmediatamente a todos para que dejaran lo que estaban haciendo y nos fuimos. Pero cuando salimos, la ciudad ya había cambiado. Estaba menos concurrida que de costumbre. Se podía haber visto una especie de miedo, nerviosismo y ansiedad en el rostro de la gente. Todo el mundo estaba un poco confundido y corriendo como si algo estuviera sucediendo.

Todos estaban tratando de llegar a sus casas y yo logré llegar a la mía. Y en una hora o dos, escuché el anuncio de que el ex presidente había escapado con su equipo. Sabía que ahora la toma de control de Kabul por los talibanes era total. Fue un momento muy difícil para nosotros porque estábamos en estado de shock. No sabía si estaba lista para ello.

Todos vimos las caóticas imágenes en el aeropuerto de Kabul, que era la única forma de salir del país. ¿Cómo fue tu experiencia allí para huir? ¿Cómo lograste escapar entre tantos civiles desesperados que querían salir de Afganistán?

La evacuación y retirada de Afganistán anunciada por Estados Unidos y seguida por todos sus aliados fue muy irresponsable. Literalmente abandonaron Afganistán. Y la crisis que tenemos dice mucho sobre la mala gestión de ellos.

Vimos cuánto peligro corría la gente. Y aunque perdimos varios soldados internacionales, la realidad del pueblo afgano es algo que nadie puede negar. Perdimos diez veces más que las bajas de las fuerzas internacionales. Fue decepcionante.

La primera vez que me dijeron para huir, fue el Departamento de Estado de Estados Unidos quien me invitó a la evacuación, la cual acepté. Pero cuando fuimos al aeropuerto por primera vez tuvimos que esperar cuatro horas y no pudimos pasar. Había una mala gestión. Y no fue solo eso, había una multitud de personas que estaban esperando durante horas y simplemente no sabían cómo gestionar todo el proceso de verificación para llevarlas al aeropuerto.

A los aviones se subía quienquiera que se les cruzara ¿y qué sucedió? Que se generaron expectativas en la gente de que cualquiera podría irse siempre y cuando pudiera llegar al aeropuerto. Eso hizo que más gente llegara porque todos pensaron que si tenían documentos o no y si estaban siendo invitados por alguna embajada o no, podían ir y simplemente largarse.

La segunda vez que lo intenté estuve a punto de perder a mi padre porque la multitud de repente enloqueció y fue muy difícil para nosotros salvarlo. Mi padre se desmayó y tuvimos que llevarlo al hospital. Así que me fui a casa y pensé que si irme ponía en riesgo a los miembros de mi familia, preferiría no huir. Pero luego los noruegos me ofrecieron el apoyo de evacuación, y mi impresión fue que estaban mucho más organizados porque la cantidad de personas a las que evacuaba era mucho menor que la de los EE.UU. Entonces acepté la oferta de los noruegos.

Pero aún teníamos que tomar la decisión más difícil: dejar a mi padre. Y fue muy difícil, mi padre está enfermo. Así que mi hermana tuvo que enviar a sus hijos con nosotros y tuvo que quedarse para cuidar a mi padre. Entonces, básicamente, dos familias están destruidas en este momento. Pero esta no es mi historia. Es la historia de todos y cada uno de los que huimos de Afganistán.

Nargis Nehan y su familia

Tu padre y tu hermana se quedarán en Afganistán, ¿has podido contactarlos? ¿Están bien? ¿Qué cambios han experimentado bajo el nuevo régimen Talibán?

Lo bueno es que ahora el número de mi familia allá es mucho menor. Son solo tres personas y no me tienen a mí ahí, que soy la cara más pública.

Cada vez que estaba en Kabul, era difícil porque, fuera lo que fuera a lo que íbamos, teníamos que cambiar de casa cada uno o dos días.

Sin embargo, ahora mi familia no sale, incluso si necesitan algo de afuera. Son algunos de nuestros familiares y amigos quienes los ayudan y hacen las compras por ellos. No trabajan ellos mismos. Y todavía estamos en contacto con ellos porque todavía tenemos relaciones íntimas en Afganistán. Pero para ser honestos con la situación que está sucediendo, realmente no sabemos hasta cuándo tendremos esa facilidad.

¿Qué crees que se podría haber hecho diferente para que la evacuación hubiese sido exitosa? El presidente Biden y muchos líderes han dicho de muchas maneras que esto era inevitable. ¿Está de acuerdo con eso? ¿Pudo haber sido diferente?

Absolutamente. En primer lugar, soy muy crítica con la decisión que tomó el presidente Joe Biden. La cantidad de soldados estadounidenses no era tan alta; económica y financieramente no es nada en comparación con lo que Afganistán está viviendo en este momento. ¿Cuál era la necesidad y la prisa por anunciar la retirada repentina de las fuerzas? Y podrían haberlo programado y podrían haber ido de acuerdo con ese programa si los talibanes no cumplían su promesa en el acuerdo de Doha. Cuando el gobierno afgano les pidió apoyo para un ataque aéreo contra los talibanes, ¿por qué no les brindaron ese apoyo? Creo que estas son las preguntas difíciles que todos debemos hacerle a EEUU.

La evacuación pudo haberse dado de forma más ordenada y darse a fines de 2021 o 2022. Además, paralelamente a la evacuación de sus soldados, también habrían comenzado la retirada de los aliados y de la gente; porque si estás hablando de la evacuación de cientos de miles de personas, entonces no puedes simplemente hacerlo en cuestión de una semana o dos.

Así que fue una decisión muy irresponsable y muy decepcionante. Lo que perdimos en Afganistán es demasiado: las fuerzas de seguridad nacional, la pérdida de todas las armas y equipo, todo lo que tenemos, es muy alta. El costo de mantener a 2500 soldados en tierra no es nada en comparación con lo que hemos perdido y las consecuencias que vendrán.

Imagen del vuelo del C-17 entre Kabul y Catar - Reuters

¿Cuáles son las consecuencias para Afganistán y también para la región y el mundo con un Afganistán dominado por los talibanes?

Los talibanes están dominando y gobernando el país y van a hacer que Afganistán retroceda. Afganistán se convertirá en un Estado que va a producir más radicalismo que se extenderá a otros países, al igual que ellos.

En segundo lugar, el grupo extremista tiene un modelo al cual pueden ceñir sus demandas. Pueden luchar por su causa. Y básicamente pueden negociar, pueden ''vencer” a superpotencias como EEUU. Así, que ese es el modelo que han dejado en su lugar. Y eso es lo que la gente verá y seguirá.

Y ya con lo que vemos en Afganistán, los talibanes, si bien dicen que son muy moderados, que han cambiado hacia un gobierno más abierto, que van a formar un gobierno inclusivo. Pero también vemos que dicen que no va a haber ninguna mujer a nivel de gabinete. Ya hicieron el anuncio para comenzar a buscar una fusión del Emirato Islámico, que hombres y mujeres tendrán clases separadas, todo será aparte, y eso aumentará el costo de la educación. Y así vamos a tener muchos problemas, especialmente entre las niñas.

Lo que quiero decir, es que ese es el modelo que le han impuesto a toda la gente son radicales y son extremos. Ese modelo va a plantear amenazas a la seguridad y amenazas sociales para la región y el mundo. Estoy segura de que ya saben que Haqqani y esos grupos ya están causando problemas. Luego está la afluencia de refugiados de Afganistán, la crisis humanitaria.

Estados Unidos y los aliados no pueden simplemente volver la cara y decir “ya terminé. Me llevé a mis soldados”. Afganistán es miembro de la aldea global y nadie puede lavarse las manos y decir “está bien, hemos terminado y cuidamos de esto''. Se trata de la vida de los afganos.

Además, estamos muy seguros de que llegará el momento que vamos a tener otra crisis. Van a haber amenazas a la seguridad por parte de los talibanes en sus países. Y habrá otra decisión de intervenir y hacer algo con respecto a Afganistán.

Pero lo único desafortunado es que esta vez, la gente puede no ser tan acogedora como la última vez, porque confiamos en ellos y les dimos la bienvenida. Apoyamos a la comunidad internacional. Y ahora, de repente, simplemente nos abandonaron porque un hombre tomó la decisión de salir y nadie se atrevió a desafiar o cuestionar eso. Estamos pagando ese precio con nuestras vidas, con nuestra infraestructura, con todo. Por eso, cuando quieran regresar será mucho más difícil.

El gobierno de Estados Unidos financió durante 20 años al ejército afgano y al gobierno. Sin embargo, el gobierno afgano cayó bastante rápido, teniendo en cuenta su experiencia y que fue miembro del tren ministerial desde el 2017. ¿Por qué el gobierno falló tan rápido?

Todos conocemos el nivel de corrupción y las elecciones en Afganistán. Entonces, para la gente, básicamente el gobierno que se les impuso no fue elegido por ellos. La mayoría sentía que era básicamente el gobierno de la comunidad internacional y el gobierno también se sentía más responsable ante ellos que ante la gente.

Esta situación llevó a las personas al punto de perder toda la visión de la república. Entonces, de alguna manera, los ciudadanos optaron por permanecer callados en la pelea entre los talibanes y el gobierno.

Y llegó al punto en que el gobierno se desconectó por completo de la realidad sobre el terreno. Incluso, las fuerzas de seguridad nacional perdieron su motivación y su lucha contra los talibanes, porque de alguna manera sintieron que el sistema, el presidente y los estadounidenses estaban apoyando a los talibanes con las negociaciones. Y no sabían por quién y por qué estaban luchando, por qué estaban sacrificando sus vidas.

Al final del día, los estadounidenses y el gobierno le iban a estrechar la mano a los talibanes. Ninguno de ellos les comunicó lo que estaba pasando.

Por otro lado, lo que también necesitábamos urgentemente de alguna manera, era el apoyo directo y no lo estábamos recibiendo de los estadounidenses. Entonces, esto en sí mismo lo que nos decía básicamente era que los estadounidenses ya no lucharían para apoyarnos.

Por otro lado, los talibanes estaban recibiendo mucho apoyo de los países vecinos.

Talibanes en el palacio presidencial - Foto: AP

Los talibanes han estado diciendo a los medios occidentales una y otra vez que son diferentes y están tratando de blanquear su imagen. Sin embargo, usted dijo que los talibanes no permitirán que las mujeres participen en espacios públicos. Entonces, ¿existe realmente alguna diferencia entre el régimen talibán de antes de la invasión de 2001 y el actual?

No creo que haya diferencias entre los talibanes de la década de 1990 y los de ahora, pero si hay una gran diferencia entre los afganos de 1999 y los de ahora. En ese momento, la situación era diferente. El país estaba en guerra civil. No había gobierno. Sucedían matanzas, secuestros, violaciones. Saqueaban al país. Entonces, llegaron los talibanes y le brindaron a la gente lo más básico, seguridad física y estado de derecho. Aunque era muy estricto y muy severo, al menos era un estado de derecho. Pero aún así, la gente no estaba contenta. Eso fue en la década de los noventa, y ustedes saben que lenta y gradualmente una resistencia muy fuerte comenzó a tomar forma contra los talibanes y luego sucedió la invasión en 2001.

Imagínese esta vez, la gente tenía una vida normal. Han tenido muchos logros. Las niñas iban a la escuela. Las mujeres estaban sirviendo en cargos públicos. Teníamos al menos un sector privado prometedor y todo el dinero de los inversores. Teníamos una sociedad civil muy vibrante, medios de comunicación muy receptivos. Básicamente, nuestra mesa como sociedad estaba prácticamente llena y se lo llevaron todo. Así que ahora la expectativa de la gente con el gobierno es muy diferente, porque hemos experimentado un entorno gubernamental totalmente diferente.

También estamos tratando con una generación que nació a principios de 2000 y ahora tiene más de 20 años. Y también hay algo totalmente diferente, esa generación no pasó por la guerra civil que nosotros sí vivimos. No han pasado por esas dificultades. Entonces, ciertamente para ellos, este cambio va a ser mucho y va a haber mucho levantamiento y resistencia contra los talibanes, porque las aspiraciones de las personas son diferentes a todo lo que debemos recordar; y además el mundo también ha cambiado en comparación a los años 90. En los años 2000 y 1990, no teníamos redes sociales, ni plataformas, ni conectividad en ese momento. Independientemente de lo que sucediera en ese momento en Afganistán, se tardaba meses en llegar a los medios internacionales. Ahora, pase lo que pase en Afganistán hoy, el mundo lo sabrá.

Estamos mucho más conectados. Somos mucho más conscientes. Nuestras aspiraciones son muy altas. Queremos tener la misma vida que la gente de otros países está teniendo. Queremos verlo, disfrutar de los mismos derechos que tú disfrutas. Así que va a ser muy difícil convencer a una generación en la que el 80 por ciento tiene menos de 30 años y tiene toda la vida por delante. Ese pequeño grupo extremista asume que serán aceptados cuando la realidad es completamente lo contrario.

Imagínense que con el gobierno severo que tienen ahora mismo, las mujeres ayer en la provincia de Herat tuvieron una gran manifestación por su derecho al trabajo, por su derecho a la participación política, por el derecho a los servicios. Hoy, ocurrió lo mismo en Kabul y van a ver más levantamientos de este tipo provenientes no solo de mujeres, sino también de otros grupos.

Las personas que se sientan aisladas y oprimidas, van a alzar sus voces. Los talibanes no han cambiado, pero la sociedad afgana y el mundo sí. La victoria es una cosa pero cambiar y mantenerse en el poder es una cosa completamente distinta.

¿Cuál es el futuro para Afganistán? No solo a corto plazo, sino a medio plazo o al largo plazo. ¿Tiene esperanzas en el futuro de Afganistán? ¿Y qué papel desempeñará usted o qué contribuirá al futuro de Afganistán?

Tenemos dos escenarios en el caso de Afganistán por delante:

Un escenario que fue manejable, pero desafortunadamente no vemos la probabilidad de que eso suceda, es que vendrían los talibanes, aprenderían de las lecciones de los que dirigen la administración. Intentarían formar un gobierno inclusivo, alentando a todos los demás grupos y etnias a unirse y así formar un nuevo gobierno que responda a las necesidades y realidades de Afganistán, para que de esta manera se acabe la violencia y la guerra y así avanzar hacia el desarrollo. Así que ese fue uno de los escenarios que un grupo muy inteligente de líderes habría hecho, pero no los vemos haciendo.

El segundo escenario que veo, que es el más probable, es que van a formar un gobierno exclusivo y van a aislar, no solo a las mujeres, sino a las personas de minorías, a las personas de otras religiones, de otras etnias, a las personas de otras ideologías distintas. Ninguno de ellos formará parte de eso. Y todos estarán aislados, incluso su gobierno. Y luego, lenta y gradualmente, la gente comenzará a organizar un levantamiento contra los talibanes.

La parte muy desafortunada de esto es que vamos a tener violencia. Vamos a tener lo que ha venido ocurriendo en los últimos años, la única diferencia es que antes teníamos a los talibanes luchando contra el gobierno, ahora tenemos a los talibanes en el palacio, y hay que luchar contra ellos. Al final podríamos terminar en el punto en el que tenemos que sentarnos y darle una solución a Afganistán, pero la situación hasta ahora es la de que tenemos que volver juntos a Afganistán con una guerra en toda regla contra el terrorismo. Todo depende en gran medida de lo restrictivos que sean los talibanes. Y luego, con base a eso, tenemos que preguntarnos, ¿cuánto tiempo tardan los diferentes grupos de ciudadanos en organizarse y levantarse contra los talibanes?

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